¡Juas! me parto de la risa pero, justamente eso es lo que ocurrió, lean la nota del El Comercio: dos jóvenes universitarias extorsionaron a un un empresario por la "seguridad" de su hija.
¿Tan fácil es extorsionar? ¿Tan fácil es amenazar a alguien?
Bueno aquí el nombre de las pobres: Clarisa Ojeda León (22) y a Renee Carmela Manyari Ojeda (21). según la nota dicen que una de ellas es modelo. Pero vale, es obvio que no volverá al modelaje por un largo tiempo. O tal vez aprenda algo interesante mientras está tras las barras.
Resulta extraño que personas así se introduzcan al mundo de la delincuencia, si bien la ley del menor esfuerzo existe, las consecuencias de estas actividades usualmente son terribles. ¿Vale la pena arriesgarse?
Adios a la privacidad y la vida normal.
2 comentarios:
Aparentemente el caso no ha quedado tal cual. La Universidad de Lima va a decidir si expulsarlas definitivamente o no. Mientras que la víctima sigue recibiendo llamadas de amenaza. ¿Son ellas las responsables de las amenazas? o ¿solo fueron las que dejaron el mensaje?
¿Debieron dejarlas libres?
Este asunto sigue pendiente, ya fue una a declarar, y ¡oh sorpresa! dice que es inocente. Tal vez indecente por que si se les capturó con las manos en la masa, ¿cómo decir que no son culpables?
Lo que sigue ahora es el dilema del prisionero, entre ellas se van a estar tirando la pelota, hasta que se decida que castigo darles.
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